Una realidad Imaginada
Una realidad Imaginada
En la vida cotidiana se puede distinguir tres clases de realidad. La realidad objetiva comprende todo lo existente que puede ser de naturaleza sutil o física y que es independiente de los deseos y del poder de la mente para construir ficciones.
La realidad física
Está formada por aquellos seres que pueden ser percibidos por los órganos de los sentidos, bien sea directamente o con el apoyo de medios también físicos que permiten la percepción por los sentidos. Así por ejemplo no somos capaces de ver las células o las bacterias sin el microscopio, ni los astros sin el telescopio.
Está formada por aquellos seres que pueden ser percibidos por los órganos de los sentidos, bien sea directamente o con el apoyo de medios también físicos que permiten la percepción por los sentidos. Así por ejemplo no somos capaces de ver las células o las bacterias sin el microscopio, ni los astros sin el telescopio.
La realidad imaginaria es una criatura de la mente que tiene una capacidad de fabulación asombrosa y aparentemente inagotable. Los arquitectos de esa realidad son nuestros deseos y nuestros miedos. Al principio se presenta una foto de un gato con un gran ego que se ve en el espejo y se considera como un León.
La realidad imaginaria, muestra emociones, recuerdos, pensamientos, intuiciones esta conciencia de vigilia no puede ver ni oír y se limita a identificarse con ellos sin poder salirse y observarlos desde afuera.
Sólo cuando el hombre adquiere, mediante un largo y difícil trabajo sobre sí mismo que toma muchas vidas, un nuevo nivel de atención y de conciencia, puede percibir toda la realidad objetiva; tanto su realidad interior como la realidad exterior sutil y física. Es la verdadera iniciación, despertar e iluminación de qué hablan todas las religiones que no son aparatos ideológicos de una casta de sacerdotes para explotar económicamente la muerte y el miedo a lo desconocido.
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