Los cambios que se vienen presentando



LA MODERNIDAD COMO PARADIGMA

La modernidad, asume como premisa el paradigma que afirma que las sociedades históricas desarrollan una larga evolución en el tiempo que va desde una cultura tradicional hacia una cultura moderna y que esa transición se continúa con el paso desde una cultura moderna a una cultura postmoderna. 
No se trata de cambios lineales ni automáticos y el paso desde un estadio de desarrollo a otro, tampoco se produce en forma contínua sino que generalmente a través de saltos, retrocesos y aceleraciones del tiempo histórico.
En la modernidad se asume que el porvenir reemplaza al pasado y racionaliza el juicio de la acción asociada a los hombres. La modernidad es la posibilidad política reflexiva de cambiar las reglas del juego de la vida social. La modernidad es también el conjunto de las condiciones históricas materiales que permiten pensar la emancipación conjunta de las tradiciones, las doctrinas o las ideologías heredadas, y no problematizadas por una cultura tradicional.
En términos generales la modernidad ha sido el resutlado de un vasto transcurso histórico, que presentó tanto elementos de continuidad como de ruptura; esto quiere decir que su formación y consolidación se realizaron a través de un complejo proceso que duró siglos e implicó tanto acumulación de conocimientos, técnicas, riquezas, medios de acción, como la irrupción de elementos nuevos: surgimiento de clases, de ideologías e instituciones que se gestaron, desarrollaron y fueron fortaleciéndose en medio de luchas y confrontaciones en el seno de la sociedad feudal.

LA MODERNIDAD EN EL ESPACIO Y EN EL TIEMPO

La modernidad surge en los ahora llamados "países centrales" (Europa occidental y, más tarde, Estados Unidos); luego, con el tiempo, se expande hasta volverse mundial y establecer con los países llamados "periféricos" una relación de dominación, de explotación y de intercambio desigual, donde el centro desempeña el papel activo, impone el modo de producción capitalista  y destruye o integra (pero vaciándolas de su contenido y despojándolas de su significado) las estructuras precapitalistas autóctonas, agrarias y tradicionales. Este proceso, que atraviesa por divesas etapas, desemboca en la actual generalización del mundo de la mercancía y en la consolidación de los Estados modernos.
En el caso de las sociedades latinoamericanas, se entiende que estas naciones ingresan desde mediados del siglo xx a una modernidad tardía y periférica.

Tres son -a lo menos- los movimientos de época que permiten caracterizar esta transición a la modernidad en las sociedades latinoamericanas: 1º  la transición demográfica; 2º  el cambio del patrón de referencia cultural; 3º el cambio de la matriz socio-política; y 4º la mundialización de los intercambios y flujos de información, de bienes y de personas.






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